Desde siempre, uno de los lugares que más ha fascinado al hombre es el mar. Y en Chile hemos tenido la fortuna de asentar ciudades, pueblos y localidades frente al imponente Océano Pacífico.
Una cultura histórica del abandono del Estado en la creación de políticas públicas capaces de generar barrios con estándares adecuados, ha llevado a que históricamente se hayan creado zonas residenciales con mala calidad de vivienda, alejadas de los centros de comercio y servicios, sin parques ni áreas deportivas que brinden una buena calidad de vida.
Nueve de cada diez ciudades en el mundo están amenazadas por los efectos del cambio climático: el aumento del nivel del mar y la acuciante alza de temperaturas fueron temas abordados de manera prioritaria en la Conferencia de las Partes, en Dubai (COP 28), junto con los efectos de este fenómeno en la salud, la agricultura y los océanos, entre otros.
Este mes se realizan los Juegos Parapanamericanos que congregarán a 2.000 atletas en Santiago. Y, adelantándose al evento, el Aeropuerto de Santiago, dio el ejemplo con la instalación de una rampa de accesibilidad universal.
Los datos oficiales indican que de los 42 rellenos sanitarios existentes en Chile, cerca de la mitad cumplirá su vida útil en los próximos diez años. La duda que surge: ¿qué comuna quiere tener un vertedero? La respuesta es clara: muy pocas o quizás, ninguna.