Estas plataformas están cumpliendo un rol en el mercado laboral. Si las obligan a contratar a sus colaboradores, se acaba el negocio y toda esa gente se queda sin su medio de subsistencia. Si eso sucede, sus alternativas serán ser contratados en condiciones mucho peores que las que tienen (eso sí, muy legales, pero con sueldo mínimo) o volver a vender en la calle (muy ilegal).
Es el momento de relevar, de resaltar, de resurgir lo que nos convierte y nos caracteriza como seres humanos: la conversación. La que permite relacionarnos, comprendernos y generar vínculos estrechos y estables. Esto es más difícil de lograr por las máquinas y los programas que las sustentan.