La Ley 21.180 de Transformación Digital del Estado supuso un cambio indispensable para la administración pública chilena, pues, implicó el compromiso de facilitar la interacción entre un aparato que -tradicionalmente- se consideró lento y burocrático, y la ciudadanía. Este año debieran comenzar a verse los frutos de esta iniciativa, gracias a los nuevos canales y herramientas digitales que se han incorporado para mejorar la oferta de servicios públicos.