La normativa permitirá que todos los créditos otorgados por los bancos cuenten con una metodología estándar para el cómputo de provisiones, finalizando un trabajo que se inició hace más de una década.
Se extiende de cuatro a seis meses el plazo para reprogramar créditos en esta cartera con un tratamiento especial de provisiones para las entidades financieras. La medida apunta a facilitar el acceso a las nuevas líneas de garantía Covid-19 del Fogape.
Las medidas transitorias apuntan a hacer más fluida la reprogramación de créditos para hogares y empresas, y tienen por objeto darles a las instituciones reguladas por la CMF un marco contable para la renegociación de sus créditos. Cada entidad, de acuerdo a la evaluación que haga de su cartera de clientes, podrá dar las flexibilidades que estime pertinentes.