En la capital, este lunes se han notificado 45 casos adicionales, fruto en gran medida de un brote que las autoridades vincular a un bar del distrito de Chaoyang, donde ya ha comenzado un cribado masivo de test que durará unos tres días. También se han cerrado tiendas y restaurantes en la zona de Sanlitun.
La ciudad registró el lunes dos nuevos positivos, cuatro menos que el domingo, después de dar marcha atrás a algunas de las restricciones impuestas por la actual ola de contagios. Desde el lunes, el transporte público funciona en la mayoría de los barrios y los centros de ocio como cines y restaurantes retoman poco a poco la normalidad.
Las autoridades de Pekín han negado que la capital china vaya a sufrir un confinamiento similar al de Shanghái, en un intento por contener la creciente preocupación ciudadana, que se ha traducido en un mayor acaparamiento de productos de primera necesidad.
Las autoridades sanitarias de China han confirmado un incremento de contagios en el país a medida que la variante ómicron se ha expandido sin ser detectada y con Shanghái como principal ciudad afectada, con más de 19.000 contagios.Según ha detallado la comisión municipal de salud, Shanghái ha registrado este domingo un total de 19.455 infecciones, 2.472 de los cuales son casos en los que se manifiestan síntomas de la enfermedad, según recoge la agencia de noticias Xinhua.Estos datos suponen el principal brote en el país, que en las últimas horas ha contabilizado un total de 20.194 positivos --entre sintomáticos y asintomáticos--.Asimismo, la ciudad ha registrado 51 decesos en todo el país --todos ellos en Shanghái-- mientras que en los hospitales permanecen ingresadas 196 personas en estado grave y otras 23 en estado crítico, según datos de la mencionada comisión sanitaria.Al tiempo, la capital, Pekín, ha sumado 29 casos en las últimas 24 horas, y un total de 70 a lo largo del fin de semana.
Las autoridades chinas han lanzado una advertencia contra las prácticas especulativas que han provocado una escalada de los precios de materias primas como el acero y el mineral de hierro, subrayando que aplicará una política de "tolerancia cero" contra las actividades ilegales.
Los comentarios realizados ayer por el Mandatario norteamericano marcan una fuerte escalada en las tensiones entre las dos economías más grandes del mundo y un cambio en el tono del presidente estadounidense, que sin ir más lejos el pasado viernes hablaba de progresos hacia un acuerdo.
Así lo informó este lunes el presidente Xi Jinping en un intento de Pekín por contrarrestar las crecientes críticas a su comercio y prácticas empresariales.
En declaraciones a periodistas en la Oficina Oval, el Mandatario también dijo que Pekín aún no está listo para alcanzar un acuerdo sobre comercio.
Pekín se comprometió a tomar medidas para aumentar las importaciones este año en medio de la creciente tensión con EE.UU.
“Detengan estas palabras y acciones equivocadas que dañan las relaciones bilaterales y los intereses básicos de los pueblos de ambos países”, indicó el canciller chino.
El gabinete de China informó este miércoles que sus aranceles a internaciones de productos clave a partir del 1 de noviembre.
Pekín se ha comprometido a utilizar una política fiscal más proactiva a medida que el crecimiento económico se desacelera y las empresas luchan con una liquidez más reducida y una demanda débil.