El proyecto, que tendría una vigencia retroactiva a partir de enero de 2023, será visto mañana en la Sala del Senado y de aprobarse se convertirá en ley.
Bruselas responde a la reclamación de algunas de las principales operadoras europeas, entre ellas Telefónica, que pedían que las multinacionales tecnológicas asumiesen parte de los costes de la infraestructura, ya que también disfrutan de sus beneficios.
Los operadores no paran de desplegar nuevas antenas para mejorar la cobertura de las redes móviles para ir extendiendo el uso del 4G y dentro de poco del 5G. Parte de esos datos se los daba la propia Google, pero ahora la compañía ha decidido cortarles el grifo a los operadores, que ahora tendrán que hacer los despliegues más a ciegas.
Los vaivenes en la cotización del valor de la compañía han supuesto un auténtico quebradero de cabeza para el mercado y para el propio Musk.