La galaxia ESO 300-16 protagoniza esta imagen del Telescopio Espacial Hubble. A 28,7 millones de años luz en la constelación de Eridanus, parece una nube centelleante.
El acceso a los últimos datos sigue siendo un reto significativo en la ciencia climática, donde las condiciones ambientales cambian casi a diario.
Los meteoritos son fragmentos de asteroides (y, potencialmente, cometas) que llegan intactos a la superficie de la Tierra. Son restos de la formación del sistema solar y proporcionan pistas sobre su historia en las moléculas que contienen. Gracias al trabajo de IBM Research en colaboración con un equipo multinacional de investigadores -publicado en Meteoritics and Planetary Science- ahora podemos leer esas pistas un poco mejor.
El descubrimiento ha sido posible tras introducir un instrumento a bordo del Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) de la NASA, con el que desde el mencionado centro hicieron un seguimiento del estado del agua en el satélite, informó el portal 20minutos.es.