La inmunoterapia adoptiva es el tratamiento más accesible para combatir la enfermedad mínima residual (EMR), responsable de la reaparición tumoral y peor pronóstico.
En conjunto a un centro de investigación norteamericano, expertos nacionales desarrollaron vacunas personalizadas que permiten programar el sistema inmunitario para eliminar células cancerosas del organismo. Esta biotecnología ha sido reconocida con un premio Nobel y actualmente está disponible en más de 37 países.
Se trata de una terapia complementaria con éxito en distintos tipos de cáncer, realizada con células sanguíneas del propio paciente, que busca recuperar, fortalecer y reprogramar el sistema inmune para detectar y eliminar células cancerígenas, impidiendo su ramificación a otras partes del cuerpo.
Años de estudio y constante especialización en el extranjero, permitieron a un grupo de médicos nacionales crear un laboratorio que desarrolla tratamientos de inmunoterapia únicos en Iberoamérica, poniendo a Chile en importante lugar de innovación médica.
Allison y Honjo “mostraron cómo las diferentes estrategias para inhibir los frenos al sistema inmune pueden ser usadas en el tratamiento del cáncer”, señaló, agregando que los tratamientos resultantes, conocidos como terapias de inhibidores de punto de control, “cambiaron de manera fundamental los resultados” para algunos pacientes con cáncer avanzado.