El trabajo de esta incubadora porteña es clave en las primeras etapas de los emprendimientos nuevos, los que en su mayoría, según cifras globales, suelen quebrar en los primeros 3 años de operación. Destaca la inversión de Chrysalis en startups en educación, construcción y medioambiente, gracias a su presencia en Atacama, Coquimbo, Maule y Valparaíso.