La tragedia del incendio en Viña del Mar con sus consecuencias devastadoras en términos de pérdidas humanas y daños materiales generó un clima de desconfianza y pesimismo en las familias viñamarinas. El impacto emocional y psicológico de este tipo de sucesos repercutió en la percepción general de seguridad, estabilidad y confianza en las instituciones y por consiguiente en el consumo de bienes y servicios, contribuyendo a un ambiente de mayor cautela y preocupación en términos económicos y sociales.