El propio Presidente Trump, sin ni siquiera figurar en las papeletas, enfrenta los comicios como un voto de confianza —o no— para los dos próximos años que le quedan de mandato.
La mayoría de los votantes de Trump sigue apoyando al presidente, pero existe un importante número de arrepentidos, que lo habían votado por impulso o como forma de protesta.