Javier Scavia



Javier Scavia

Se dice que el poder corrompe y por eso son tan necesarios los contrapesos. La pregunta no trivial es entonces, ¿cuál es un contrapeso a la fe? 

Macri no solo lucha contra la adversidad del momento, sino también con un historial de décadas de decisiones populistas, quizás un reflejo de cómo la abundancia puede conducir a la ineficiencia.

Lamentablemente, los costos de oportunidad generan incentivos, pero, lejos de hacernos “más racionales”, éstos nos han convertido en un país que no ha sabido retribuir a aquellos que, con su trabajo en el pasado, nos hacen disfrutar de un mejor presente

Lo paradojalmente “justo” de una guerra comercial es que todos, todos los consumidores de los países, se verán empobrecidos a costa de las ganancias de los productores locales. Una muestra más de que los nacionalismos no benefician al pueblo, sino a unos pocos.

¿Dónde y cómo enseñar el respeto? Es una pregunta relevante no sólo para la deuda con el género femenino, es relevante para nuestra sobrevivencia como sociedad y como residentes transitorios del planeta que habitamos.

Un gobierno podría comprometer gastos no financiado contra futuros mayores ingresos. Lo malo de esto es que las expectativas pueden fallar y que éstas abarcan también, obviamente, el deseo de continuismo en el poder. Acá se presenta el elemento de los incentivos, comprometer gasto social es siempre rentable en términos políticos.

El porqué el lucro ha subsistido, en gobiernos de derecha e izquierda, es quizá algo más subterráneo. Aun así, no es difícil de sospechar que los grupos de interés de las universidades estén conectados con el mundo político y, aplicar sanciones por lucro a instituciones que concentran gran cantidad de alumnos, es por lejos una de las medidas más poco rentables a la hora de capturar votos.

Nuestra formación en el método científico y la reflexión no nos convierten con un baluarte y esto, por si cabe dudas, está documentado al menos por nuestro desempeño en rankings internacionales de educación.

Tomar decisiones bajo el alero de un pequeño grupo y hacer inferencia para el bienestar de toda una población es tal vez uno de los errores más comunes de los políticos de nuestros tiempos.