La sonda Juice) de la ESA se encuentra en ruta para su sobrevuelo gravitacional en Venus el 31 de agosto, tras la resolución exitosa de una anomalía de comunicación temporal con la Tierra.
El problema, que surgió durante un paso rutinario por la estación terrestre el 16 de julio, interrumpió temporalmente la capacidad de Juice (Jupiter Icy Moons Explorer) -que alcanzará el sistema joviano en julio de 2031- para transmitir telemetría, es decir, información sobre su estado.
Gracias a la acción de los equipos del Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) de la ESA y Airbus, fabricante de Juice, la comunicación se restableció a tiempo para preparar el próximo encuentro planetario, según un comunicado de la ESA.
La anomalía comenzó cuando la antena de espacio profundo de la ESA en Cebreros (España) no logró establecer contacto con Juice a la hora prevista, las 02.50 UTC, del 16 de julio. Las comprobaciones iniciales descartaron problemas con la estación terrestre, lo que provocó la escalada del caso al equipo de control de Juice en el ESOC. Los intentos de llegar a la nave espacial a través de la estación Nueva Norcia de la ESA también fracasaron, lo que confirmó que el problema se encontraba a bordo.
Sin señal ni telemetría, los ingenieros temieron que Juice hubiera entrado en modo de supervivencia, una configuración de último recurso que se activa ante múltiples fallos del sistema a bordo. En este estado, la nave espacial gira lentamente, barriendo la Tierra con su antena una vez por hora. Sin embargo, no se detectó dicha señal intermitente.
"Perder contacto con una nave espacial es uno de los escenarios más graves que podemos afrontar", declaró Angela Dietz, directora de operaciones de la nave espacial Juice. "Sin telemetría, es mucho más difícil diagnosticar y resolver la causa raíz de un problema".
La atención se centró en el subsistema de comunicaciones. Los ingenieros sospecharon que se trataba de una desalineación de la antena de ganancia media de Juice o de un fallo en el transmisor o amplificador de la señal.
Se consideraron dos estrategias de recuperación: esperar el siguiente reinicio automático de la nave espacial en 14 días o enviar comandos "a ciegas" al espacio en la dirección en la que debía estar Juice, con la esperanza de que fueran recibidos por una de las antenas de respaldo de baja ganancia.
"Esperar no era una opción", explicó Angela. "Teníamos que actuar con rapidez. Esperar dos semanas para el reinicio habría significado retrasar importantes preparativos para el sobrevuelo de Venus".
AL OTRO LADO DEL SOL
Juice se encontraba a unos 200 millones de kilómetros de la Tierra y al otro lado del sol. Cada intento de señal de rescate tardó 11 minutos en llegar a la nave espacial, y el equipo tuvo que esperar otros 11 minutos para determinar si habían tenido éxito.
Seis intentos de dirigir la antena de ganancia media de vuelta a la Tierra resultaron infructuosos. Los esfuerzos de recuperación continuaron durante la noche, durante casi 20 horas, y se centraron en el encendido manual de los sistemas de comunicación a bordo de Juice.
Finalmente, un comando logró llegar a Juice y activar una respuesta. El comando activó el amplificador de señal que aumenta la intensidad de la señal que Juice envía hacia la Tierra. Se restableció el contacto y se encontró que Juice estaba en excelentes condiciones. Ningún sistema había fallado y toda la telemetría era normal.
La causa principal se atribuyó a un error de sincronización del software. La función de software que activa y desactiva el amplificador de señal depende de un temporizador interno. Este temporizador cuenta constantemente y se reinicia desde cero una vez cada 16 meses. Si la función utiliza el temporizador en el momento exacto en que se reinicia, el amplificador permanece apagado y la señal de Juice es demasiado débil para detectarla desde la Tierra.
Diseñada para el entorno frío y oscuro de Júpiter, Juice debe adaptarse al intenso calor solar cerca de Venus. Para proteger sus componentes sensibles, la nave utiliza su antena principal de alta ganancia como escudo térmico. Debido a las limitaciones térmicas, sus instrumentos de teledetección no pueden estar activos durante el sobrevuelo, por lo que no se capturarán imágenes de Venus.