​Cómo influye la alimentación para la prevención de enfermedades de otoño-invierno

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Anastasia Bifidice

¿Te has preguntado por qué hay personas más propensas a enfermarse que el resto?, ¿Por qué algunos tienen resfríos más breves, mientras que otros están meses lidiando con los síntomas? ¿Por qué la rinitis alérgica, por ejemplo, es un problema para muchos, pero otros nunca la han vivido? Aunque a veces existen factores genéticos asociados, la respuesta puede deberse también a la fortaleza de nuestro sistema inmune, entendido como la compleja red de órganos, células y proteínas que actúan de manera coordinada para proteger nuestro cuerpo de invasores como bacterias, virus y hongos.


Por eso, es fundamental tomar desde ya medidas que nos ayuden a reforzar nuestro sistema inmune. Es importante entender que existen factores internos que no podemos controlar ni modificar, por ejemplo las enfermedades previas, edades extremas o niveles hormonales. Pero existen factores externos donde sí podemos implementar cambios para fortalecer nuestro sistema inmune y protegernos de enfermedades, entre ellos respetar las horas de sueño, mejorarreforzar la alimentación con alimentoselementos funcionales, evitar el estrés, el tabaco, la contaminación, los cambios de temperatura y realizar ejercicio y actividad física.


La llegada de los meses de otoño e invierno hace aún más evidente esta necesidad, ya que las enfermedades respiratorias son comunes producto de las bajas temperaturas, condiciones ambientales como el encierro, la mayor cercanía física y la falta de ventilación de los ambientes, lo que facilita la transmisión de diversos virus, especialmente entre aquellos más susceptibles, como niños, adultos mayores y adultos con antecedentes previos.


Cuando el sistema inmune funciona correctamente, nos mantenemos saludables y protegidos. Sin embargo, cuando se debilita, nuestro organismo se vuelve más vulnerable a infecciones y enfermedades, especialmente en esta época. Para evitarlo, los especialistas ponen especial hincapié en mantener una dieta saludable, incluir más vitaminas y alimentos funcionales como un aspecto esencial para mantener un sistema inmune fuerte. Frutas, verduras, proteínas, grasas saludables y alimentos ricos en vitaminas y minerales, pueden proporcionar los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para fortalecerse. También hay que limitar el consumo de alimentos procesados, azúcares y grasas saturadas, que generan un efecto contrario.


Hoy, con los avances del mundo moderno estamos ingresando a una nueva era caracterizada por la alimentación funcional. En ese sentido, los productos basados en mejorar la microbiota contribuyen a reforzar las barreras naturales a las infecciones. Veámoslo así: La alimentación impacta en nuestra microbiota intestinal, la que se relaciona con el sistema inmunológico de manera bidireccional, por lo que el consumo de prebióticos (como fibras que favorecen el crecimiento de bacterias benéficas) y probióticos (bacterias benéficas vivas que pueden actuar en el intestino), son también un excelente complemento para cuidar nuestra salud.


Todas las personas contamos con una inmunidad innata, esa que viene por defecto desde que nacemos para protegernos de enfermedades e infecciones, pero también existe el concepto de inmunidad aprendida o adquirida, que a diferencia del componente innato, está especializada y se desarrolla a lo largo de nuestra vida.


Para reforzar nuestro sistema inmunológico, la protección y el autocuidado tienen un rol fundamental. Si junto con la dieta saludable, el ejercicio regular y el descanso suficiente, podemos complementar con los avances tecnológicos hoy disponibles en el área de la alimentación funcional, nuestra microbiota y sistema inmunológico estarán mejor preparados para protegernos de enfermedades y enfrentar los meses que vienen.


Anastasia Gutkevich, 

cofundadora y CEO de Bifidice

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