El desarrollo de la ciencia y la minería se beneficia de la equidad de género

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Leonor Ardiles

A lo largo de la historia han existido muchas mujeres que con su trabajo, espíritu, constancia y perseverancia, han marcado la diferencia. Una de ellas es Mary Wollstonecraft Shelley que dijo “No deseo que las mujeres tengan más poder sobre los hombres, sino que tengan más poder sobre ellas mismas”.


En los últimos años vemos con agrado como más espacios de la sociedad están siendo ocupado por mujeres, según datos del INE la tasa de participación laboral femenina alcanza el 50,8%. No obstante, hay mucho por avanzar en materia de inclusión femenina, más aún en espacios como la ciencia o la gran industria nacional. 


El déficit de mujeres en el campo de las ciencias puede graficar por la baja participación de la mujer en los estudios de posgrado, según la última edición del documento Radiografía de Género, realizado por CONICYT, la matrícula de educación superior en Chile el 2022 registra un menor porcentaje de mujeres que de hombres y a medida que se avanza en el grado académico de pregrado, a magíster y luego a doctorado la brecha se hace especialmente notoria entre sexos a nivel de doctorado.

En la gran industria y particularmente en la minería se ven aún grandes espacios de mejora, donde un levantamiento realizado por el Consejo de Competencias Mineras (CCM) y Eleva de Fundación Chile, grafica que la dotación femenina en la industria minera alcanza un 15% hasta agosto del 2022, mientras que el mismo indicador en las compañías mineras llega al 16,6%.

Es fundamental seguir potenciando los roles femeninos en esta y todas las industrias, la equidad de género favorece al trabajo, pues suma perspectivas y puntos de vista a la actividad. Nuestra capacidad de cooperación, comunicación e intercambio, la esencia de ser protectoras y analíticas, la capacidad de las mirar con detalle las cosas y escuchar antes de tomar decisiones, son habilidades que se transforman en oportunidades para trabajar desarrollo de la ciencia o de industrias tan competitivas como la minería o la química.

En BASF, compañía a la que he dedicado 12 años de vida puedo ver como el compromiso ha estado enfocado en crear políticas y programas que permitan empoderar a las mujeres, apoyando el desarrollo de nuestras carreras profesionales para generar un impacto visible dentro de la organización. Es así como hoy en día, el 35 % de los puestos de liderazgo en Sudamérica de la compañía son ocupados por mujeres.

Es fundamental seguir generando oportunidades para que más mujeres estemos presentes en espacios de ciencia y desarrollo, más aún en las grandes industrias del país, ya que esto trae un progreso íntegro en la sociedad, el desarrollo científico y tecnológico y consigo económico.


 Leonor Ardiles, 

Coordinadora de Nuevos Negocios en BASF


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