Las acciones de los bancos regionales estadounidenses Pacific Western Bank y Western Alliance Bancorp se convertían en las últimas víctimas de las tensiones financieras y llegaban a hundirse este jueves más de un 60% en Wall Street en medio de informaciones que apuntan a la búsqueda de alternativas estratégicas, incluyendo la potencial venta de la totalidad o parte de sus respectivos negocios.