No existe ningún impedimento intelectual que frene a las niñas y jóvenes para dedicarse a las también conocidas como áreas STEM, pero lamentablemente, contamos con realidades sociales que determinan definiendo su futuro y aumentando las brechas de acceso y la desigualdad.
Las universidades juegan un papel fundamental en este proceso. La Universidad Andrés Bello (UNAB), por ejemplo, ha desarrollado políticas de igualdad de género y programas de capacitación que buscan sensibilizar a la comunidad académica sobre la importancia de la equidad.
Desde estereotipos hasta la falta de representación femenina en posiciones de liderazgo, son grandes desafíos. La desigualdad salarial y el acoso laboral son también problemas que requieren atención.
Hoy enfrentamos un importante déficit de profesionales TI en Chile que, según nuestras cifras, llega a 10 mil especialistas al año en promedio.
En este Día de las Niñas en las TIC, es importante que recordemos que es nuestra responsabilidad alentar y orientar a que más niñas se atrevan a explorar todo el conocimiento que puede ofrecer la tecnología.
Trabajando.com inauguró la plataforma con más de 100 vacantes en los llamados sectores STEM. Su objetivo es potenciar la inclusión femenina en rubros donde hay una mayor brecha de género y entregar herramientas para su desarrollo profesional.
La interrupción de la educación durante la pandemia desconcertó a los estudiantes de secundaria y sus padres, y planteó dudas sobre las dificultades que podrían enfrentar para dominar habilidades que les serán de utilidad en la universidad y para conseguir su primer empleo.
Un innovador curso busca desarrollar en los estudiantes de segundo y tercero medio una perspectiva aplicada y creativa de la ciencia y la tecnología.
El galardón, otorgado por Mujeres Empresarias, busca visibilizar a mujeres en áreas de ciencia y tecnología, y a su vez inspirar y fomentar su aporte en estas disciplinas, en las que existe una histórica brecha de género.
Sólo el 27% de las matrículas en áreas relacionadas a las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) corresponde a mujeres, mientras que el promedio de la OCDE prácticamente nos duplica.