El primer objetivo pasa por establecer un "inventario preciso de los daños", después de que los fuertes temblores hayan provocado destrozos en zonas como la ciudadela de Alepo, en el norte de Siria. De hecho, a la UNESCO le preocupa "especialmente" esta zona, que ya estaba en la lista de patrimonio en peligro por la guerra en que vive sumido el país desde el año 2011.
Ya el martes trascendió que ni Rusia ni Bielorrusia habían recibido invitación para poder asistir al funeral y fuentes del Gobierno citadas por Sky News han ampliado este miércoles las ausencias, justificadas desde el punto de vista político.