La clase política debe actuar de manera consecuente con su discurso y, en conjunto con el gobierno, defender el Estado de Derecho, tanto al interior como en el exterior de los estadios, porque hasta ahora, la sensación que dejó estadio seguro es que nunca brindo seguridad.
Considero que la diputada y la General se han equivocado en este caso y es de esperar que estas prácticas cesen para que realmente sea efectivo el mandato constitucional que dice que “en Chile no hay persona ni grupo privilegiado”.