Cuando hablamos de empresas familiares, no hay dos opiniones sobre la mayor complejidad de sus interacciones y el peso de las historias compartidas, que determina el vínculo entre sus ejecutivos. Conductas como la transferencia, proceso en el cual pensamientos, sentimientos y comportamientos aprendidos en un entorno (familiar) se activan en otro (empresarial); la transposición (que abordamos en la columna anterior); y el ejercicio de autoridad, el orden de nacimiento y el género de los miembros de la familia, entre otros, son dinámicas que incidirán en las relaciones y en la evolución del negocio familiar.
Resulta cada vez más evidente el valor de la diversidad en las empresas familiares. Uno de los aspectos relevantes de esa trama y una fórmula muy poderosa, son las relaciones intergeneracionales. El diálogo convergente y complementario entre los jóvenes y los con experiencia acumulada no es solo necesario, sino imprescindible.