No necesitamos más diagnósticos. Necesitamos que exista una voluntad política real.
La protección de NNA debe ser una prioridad ineludible. Las familias deben tomar medidas preventivas que abarquen desde la elaboración de detalladas listas con información vital hasta la identificación y evaluación de amenazas dentro y fuera del hogar.
La protección de NNA debe ser una política pública prioritaria. Urge acelerar el proceso de implementación de la Ley de Garantías y del Servicio de Mejor Niñez, asegurando las condiciones necesarias para que en las residencias podamos acogerlos adecuadamente.