El pasado 5 de abril, nuestro país se conmocionó con el cobarde asesinato del Cabo Primero Daniel Palma. Este lamentable hecho, que abulta aún más la lista de mártires de la institución, ha recibido el repudio de una sociedad entera ya cansada de los nefastos efectos que ha traído una delincuencia desatada. Chile debe ser uno de los pocos, sino el único país en el mundo, donde la policía se encuentran tan poco apoyada en el uso de la fuerza en su rol de garantes del orden público.