Perfectamente pueden coexistir las universidades que lucran y las que no lucran, pero en los casos de las primeras, el Servicio de Impuestos Internos (SII) deberá cobrarles a ellas todos los impuestos que se derivan de sus utilidades.
Universidades privadas: interpongan el recurso de inconstitucionalidad contra el “no al lucro” y les debería ir bien.
Como padre de cinco – condición que no tiene ninguno de los diputados de la “bancada estudiantil” – me importa un bledo si hay o no hay lucro en la educación superior. Lo que no me gusta es el costo que tiene. Ni lo que les enseñan.
El porqué el lucro ha subsistido, en gobiernos de derecha e izquierda, es quizá algo más subterráneo. Aun así, no es difícil de sospechar que los grupos de interés de las universidades estén conectados con el mundo político y, aplicar sanciones por lucro a instituciones que concentran gran cantidad de alumnos, es por lejos una de las medidas más poco rentables a la hora de capturar votos.