El pasado 12 de noviembre, luego de un extenso período de consultas y reediciones, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) publicó la tan esperada actualización a la norma que regula la información requerida en las memorias anuales de las empresas (NCG Nº461), incorporando temáticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG).
El otro día viendo las noticias en televisión hubo dos que me llamaron la atención. La primera hablaba de la mega sequía que vive el país. Unos pocos minutos después, aparecía una nota sobre el proyecto de ley que reduce el impuesto específico al combustible, el que consistiría en una “importante ayuda” para las familias. Ambas noticias eran tratadas de manera independiente, como si no tuviera ninguna relación una con la otra.
Pocas dudas caben que la pandemia marcará a una generación completa. En este contexto, las medidas para enfrentar la crisis económica que acompaña a la crisis sanitaria comienza a tomarse la agenda.
La pandemia del Covid-19 no solo afecta la salud, sino que las finanzas y seguridad de las familias, que el Estado debe apoyar.
Medir el desempeño de los factores ESG (ambiental, social y gobierno corporativo, por sus siglas en inglés), que sirven para evaluar la sostenibilidad de una inversión es un ejercicio valioso para las empresas, pues “lo que no se mide no se gestiona”, dice un antiguo adagio.