La OMS declara que el ruido es un problema de salud pública que ha ido aumentando progresivamente en el mundo y puede producir trastornos como perturbación del sueño, estrés fisiológico, malestar general, problemas cognitivos, enfermedades cardiovasculares y problemas auditivos a largo plazo.
En Chile, el ruido es considerado como uno de los cuatro principales problemas ambientales y es el contaminante más denunciado ante la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), representando más de 50% de las denuncias ambientales que recibe anualmente dicha institución. La mayor cantidad de denuncias estuvo asociada a la subcategoría ocio, seguida por la subcategoría construcción y grandes sectores productivos.