Mientras seguimos centrando políticas públicas en la infancia —sin duda relevante—, ignoramos que serán las personas mayores quienes marcarán el rostro demográfico del país en las próximas décadas. Y, aun así, la tan esperada Ley Integral de las Personas Mayores lleva 4 años durmiendo en el Parlamento.
La pérdida de roles tradicionales asociados a la virilidad y la productividad desempeña un papel crucial en esta problemática. Los hombres mayores que crecieron bajo normas patriarcales rígidas experimentan la vejez no solo como una disminución física, sino como una pérdida simbólica de su poder social y una erosión de su identidad masculina.
En el marco de este convenio ya se han adoptado medidas concretas entre las que están visitas técnicas de equipos entre ambos países, realización de cursos y capacitaciones, así como también acceso a información de programas desarrollados por ese país asiático en materia de envejecimiento.