La medición internacional que representa PISA es para homologar políticas y estándares educativos, desde organismos supranacionales, llámese OCDE, UNESCO o Banco Mundial. Todos ellos apuntando a la llegada de un lugar común sin mediar las grandes diferencias entre los países.
No es fácil la tarea que tiene que enfrentar el nuevo ministro, para un gobierno cuyas máximas figuras emergieron del movimiento estudiantil y para el ministro mismo que fuera asesor del Colegio de Profesores, y, hasta el año pasado, subsecretario de esta misma cartera.