En medio de la preocupación por el cambio climático y la necesidad de preservar nuestro medioambiente, resulta desconcertante presenciar actos de irresponsabilidad y vandalismo, que amenazan proyectos valiosos y altruistas, destinados a proteger nuestros ecosistemas.
Se ha visto, últimamente, cómo, ha surgido un movimiento anti-ASG en los Estados Unidos, que ha generado un intenso debate sobre la relevancia de los factores ambientales, sociales y de gobernanza, en las políticas y prácticas empresariales. Este movimiento se caracteriza por acciones y declaraciones de legisladores y políticos que buscan limitar la influencia de los criterios ASG en el ámbito corporativo y de inversión.
Proteger la tierra es urgente y sabemos que debemos redoblar los esfuerzos para cuidar el ecosistema, revirtiendo la grave crisis climática que mantiene al mundo amenazado. La tierra está experimentando un proceso peligroso en el medioambiente a consecuencia de las acciones humanas.
La COP27, recientemente realizada allí, se desarrolló en medio de una profunda crisis económica, desencuentros políticos y la guerra entre Rusia y Ucrania.