Desde su primer mandato como presidente, Donald Trump ha forjado un vínculo inquebrantable con los mercados financieros. Su administración ha considerado el mercado de valores como un barómetro de la salud económica nacional y una forma de demostrar el éxito de políticas orientadas a incrementar la riqueza de los estadounidenses.
Sus acciones se han revalorizado un 147% este año, sumando cerca de US$1,8 billones, a medida que se dispara la demanda de sus chips por cuenta de la avalancha masiva de gasto en inteligencia artificial.