Hay varios caminos para abordar estos retos, uno de ellos es cómo las organizaciones preparan a sus trabajadores con las habilidades del futuro, otro tiene que ver en cómo se planifica de mejor forma la fuerza laboral.
Con la llegada del fin de año, las organizaciones se sumergen en un proceso crucial: la evaluación de sus líderes y la medición del clima organizacional. Este momento no solo representa un cierre de ciclos, sino una invaluable oportunidad para reflexionar y trazar rutas de mejora.