Cada vez, y con mayor fuerza, los consumidores demandan por parte de las empresas una participación activa en el cuidado del medio ambiente y un compromiso con la comunidad. El escenario no es ajeno para las compañías de seguros, que han desarrollado e implementado en sus procesos prácticas sostenibles para aportar a la lucha contra el cambio climático y a la calidad de vida de las personas.