La economía estadounidense creó puestos de trabajo a un ritmo récord en junio, tras la reapertura de más restaurantes y bares, en una nueva evidencia de que la recesión generada por el COVID-19 probablemente ha terminado, aunque un aumento de los casos del virus amenaza con descarrilar la recuperación.
El reporte de empleo mensual del Departamento del Trabajo publicado este viernes apunta que la drástica ralentización de las contrataciones vista en mayo probablemente fue un tropiezo temporal.