En respuesta a la creciente preocupación por el acoso laboral y sexual en el lugar de trabajo, se ha promulgado la Ley Karin, una normativa que exige la adopción de medidas inmediatas para proteger a los empleados y asegurar que estas medidas sean aplicadas con justicia. Esta normativa no solo representa un avance significativo por cuanto promueve un enfoque equilibrado y basado en evidencias.
El reciente escrutinio del mercado del gas industrial en Chile ha puesto al descubierto prácticas que sugieren colusión entre los principales actores de este rubro, recordándonos de manera contundente que la lucha contra los delitos de libre competencia está lejos de concluir. A pesar de las numerosas sanciones impuestas en el pasado y los esfuerzos regulatorios, la persistencia de tales conductas subraya una verdad ineludible: los sistemas de compliance en las empresas deben ser dinámicos y robustos, no meramente decorativos.