En Chile, como en muchas otras partes del mundo, el financiamiento de proyectos de infraestructura de transporte público se enfrenta a desafíos significativos. Las grandes inversiones necesarias para desarrollar nuevas líneas de metro, trenes suburbanos o corredores de buses son cruciales para mejorar la calidad de vida urbana y reducir las desigualdades territoriales, pero los costos asociados son elevados y los recursos públicos son limitados. En una reciente investigación sobre los efectos de nuevos proyectos de transporte público en el valor de propiedades residenciales en Sídney, Australia, ofrece lecciones valiosas que podrían ser aplicables a la realidad chilena.