La internacionalización de una empresa es un desafío emocionante y lleno de potencial. Y en un mundo cada vez más digital, rápido e interconectado, la estrategia es fundamental para lograrla y así beneficiarse de la planificación y la visión a largo plazo. Sobre todo, si esa búsqueda terminó en Estados Unidos: un destino sumamente atractivo por su mercado múltiple, poderoso y diversificado.