Esta mejoría en los resultados es por una parte la combinación de mayores precios del salmón, los que subieron 11,3%, y menores costos de cosecha, los que bajaron 8,6%. Esto fue en parte contrarrestado por menores volúmenes vendidos de salmón propio, los que bajaron 21,9% por la reducción por una vez de las siembras de dos centros de cultivo en el año 2015, cuyo impacto se reflejó en el primer semestre de 2017.