La industria cosmética, como gran consumidora de recursos y generadora de residuos, tiene un papel clave en esta crisis. La sostenibilidad ya no es opcional, es urgente.
En el último tiempo, la industria de la cosmética y de los productos de belleza en general han estado en el ojo del huracán principalmente por el uso de animales en sus pruebas de laboratorio y sus procesos productivos poco amigables con el medio ambiente, además de estar elaborados por compuestos artificiales que incluso podrían ser nocivos para la salud de las personas.