En lugar de las altas concentraciones de dióxido de azufre (SO2) que predecían los modelos climáticos marcianos anteriores, su investigación muestra que la actividad volcánica en Marte hace unos 3.000 a 4.000 millones de años pudo haber generado altas concentraciones de diversas formas químicamente "reducidas" de azufre, que son altamente reactivas.