Luego de años de debate en el Congreso, la publicación de la ley de representación de género en los directorios de determinadas empresas públicas ha sido un avance importante, que entrega una señal de cambio cultural. Sin embargo, su rango de acción es limitado y nulo, en algunos casos
Se ha hablado mucho sobre la designación de mujeres en cargos políticos, directivos y directorios en empresas por cuotas de género.
En mayo pasado, se realizó una de las elecciones más relevantes de los últimos años en nuestro país: se eligieron los integrantes de la Convención Constitucional, quienes serán los encargados de generar acuerdos para redactar una nueva Constitución, a través de un mecanismo que permitió la paridad de género.
En las últimas semanas, se han celebrado las postulaciones y nombramientos de mujeres en los directorios de las principales empresas. Si bien es un avance, aún no existe una regulación sobre la paridad de género, por lo que se sigue manteniendo una baja presencia femenina en cargos directivos, más aún en directorios.
Estudios científicos y profesionales proporcionan evidencia de la brecha de género en Chile y el mundo, en el número de investigadoras y los cargos directivos que ocupan en las universidades, acentuándose aún más en las facultades de ingeniería; y muestran que una de las principales ventajas de tener académicas en los planteles es que se convierten en modelos a seguir para estudiantes mujeres, especialmente en carreras de mayor representación masculina.