Adversidades climáticas, problemas de cosecha e incertidumbre mundial son parte de las razones que sustentan la sostenida alza de precios que ha experimentado este “oro líquido”. Tradicionales potencias productoras como Australia y España han visto caídas superiores al 30% en sus exportaciones, mientras que Chile, gracias a condiciones climáticas especialmente del Desierto de Atacama, se ha consolidado como un proveedor clave de aceite de oliva ultra premium, capturando la atención de mercados exigentes como el japonés.