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María de los Ángeles Kassis |
Santiago, 2024.-El avance de la redes criminales además de afectar la vida cotidiana de los ciudadanos, incrementando la violencia y la inseguridad, debilita las instituciones democráticas, fomenta la corrupción y obstaculiza el desarrollo económico. Frenar su expansión es clave para proteger el estado de derecho, mantener el orden público y preservar el bienestar de la sociedad chilena en su conjunto. Actuar con rapidez y contundencia es esencial para evitar que el crimen organizado se arraigue más profundamente en el país.