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Carolina Álvarez |
La entrada en vigencia de la Ley N° 21.659 de Seguridad Privada y su Reglamento (D.S. N° 209/2025) marca un punto de inflexión para una industria que durante años operó bajo un marco regulatorio fragmentado y con exigencias dispares según el tipo de servicio. Hoy, el sector dispone de un marco legal integral con estándares claros, mayor fiscalización y una creciente expectativa de profesionalización.
La reciente denuncia del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) respecto a la falsificación de la leche Nido, tras el reporte de Nestlé Chile S.A., pone en relieve una serie de preocupaciones en torno al compliance en el sector empresarial chileno. Nestlé, al alertar sobre la presencia de productos falsificados en ferias libres y minimarkets de la Región Metropolitana, ha cumplido con su responsabilidad de proteger a los consumidores.
El reciente escrutinio del mercado del gas industrial en Chile ha puesto al descubierto prácticas que sugieren colusión entre los principales actores de este rubro, recordándonos de manera contundente que la lucha contra los delitos de libre competencia está lejos de concluir. A pesar de las numerosas sanciones impuestas en el pasado y los esfuerzos regulatorios, la persistencia de tales conductas subraya una verdad ineludible: los sistemas de compliance en las empresas deben ser dinámicos y robustos, no meramente decorativos.