Carlos Giraldo



Carlos Giraldo

El mundo genera datos a una velocidad sin precedentes. Cada interacción digital, desde una foto almacenada en la nube hasta los algoritmos de inteligencia artificial, incrementa una demanda que no conoce retroceso: más capacidad de cómputo, más almacenamiento y, en consecuencia, más data centers.


Con más de dos décadas inmerso en el mundo de la conectividad, los servicios digitales y la infraestructura crítica, he sido testigo de una transformación vertiginosa: pasamos de enlaces dedicados de baja capacidad a entornos multicloud que se despliegan en minutos. Virtualizamos servidores, distribuimos cargas, automatizamos procesos. Y, sin embargo, una pregunta sigue rondando mi mente: ¿hasta qué punto las organizaciones están verdaderamente conectadas… más allá de la tecnología?