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Bárbara Veyl |
El riesgo es que esta revolución tecnológica profundice las brechas territoriales. Es más, vemos los síntomas en las cifras locales: Tarapacá registra un 8% de desocupación y una tasa de informalidad del 29.7%. No podemos permitir un “centralismo digital”, donde las habilidades avanzadas se concentren en la capital, mientras las regiones lidian con la obsolescencia.