La fe no es un proceso intelectual. Es un proceso de encuentro con un ser supremo. El intelecto es una de las potencialidades que tenemos para llevar a cabo ese proceso, pero no es la única. Reducirlo todo a lógica es no entender la naturaleza del ser humano ni la naturaleza de ese ser supremo. Es intelectualizar un concepto, que no lo resuelve ontológicamente.