Comunicación política un desafío permanente ¿La forma o el fondo?

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Rosario PerezDurante los últimos años hemos sido protagonistas de una serie de cambios históricos, culturales, económicos, sociales y políticos que nos llevan ineludiblemente a una pregunta; ¿Hacia dónde vamos?


Para responder esta inquietud genuina, quién podría cuestionar que la comunicación cumple un rol esencial en la entrega de respuestas a esta vital interrogante, por tanto, para hacerlo tenemos la obligación de analizar qué tipo de comunicación estamos recibiendo.


Durante el último tiempo la comunicación ha sufrido un desgaste, debido al esfuerzo constante en tiempos de estallido social, pandemia y crisis económica, seguido de los cambios que requiere y exige hoy la ciudadanía no sólo en nuestro país, sino en el mundo entero.


Es justamente por esta razón, que la comunicación se pone a prueba en tiempos de crisis, sobre todo cuando el mensaje debe llegar a tiempo, lo más claro posible y directamente a la ciudadanía.


En muchos casos las opiniones se confunden con la información oficial y las redes sociales que antes fueron nuestras aliadas se transforman en un verdadero hervidero de falsas noticias, donde cualquiera dice o replica el mensaje que quiere, tergiversando la realidad de manera peligrosa transformándose en un espiral informativo inconducente.


Es aquí donde la comunicación se vuelve la herramienta fundamental, ya que esta debe responder al desafío de la velocidad con que se va entregando el mensaje, y la veracidad de los datos o hechos que se informan para alcanzar de manera honesta y efectiva a las personas.


En cuanto a la política, el mensaje en tiempos de crisis debe ser certero, directo, breve y sin matices, pensando del misma manera en el que cuando una flecha es lanzada, no hay espacio para recuperarla y reutilizarla, es decir, debe contener de manera clara y precisa la idea a informar y sobre todo penetrar con el mensaje que se quiere entregar.


Al mismo tiempo es necesario tener en cuenta que la comunicación política no puede ser carente de contenido real, transformándose en información superflua y netamente sustentada en las emociones, por tanto, debe estar orientada a captar y empatizar con el receptor, desde su condición y con amplio sentido de realidad.


En la actualidad, la forma en que se comunica políticamente es muchas veces más importante que el fondo del mensaje, por eso vemos comúnmente como a diario políticos de todos los colores, cometen y repiten errores básicos de comunicación, que llevan a que la ciudadanía los descarte de manera inmediata y sin espacio siquiera a recibir el mensaje. En esto es importante considerar en términos comunicacionales, que nunca hay una segunda oportunidad para una primera impresión.


Otro factor que afecta la comunicación política es el exceso de información, este nos ha llevado a un estrés informativo que se denomina “infoxicación” o recarga informativa acuñado por el sicólogo inglés David Lewis, ya en el año 1996 cuando dijo “Knowledge is power, but information is not”.


Esta verdadera enfermedad informativa nos hace finalmente desconectarnos de la realidad para poder de alguna manera descansar de este bombardeo permanente de correos electrónicos, WhatApp, redes sociales y noticias donde el 50% de ellas son falsas.


Es en esta realidad donde quienes ejercen un rol político activo, comenten otro error elemental, con el objetivo de imponer sus ideas, saturan de información sus redes y canales sociales, con la lógica de que «quien grita más fuerte, es más escuchado»


Es por esta razón que debemos establecer como principio fundamental de la comunicación política, que, si queremos comunicar más y mejor, debemos cuidar las formas tanto como el fondo, ya que, en este binomio comunicacional, existe una oportunidad para poder impactar a la ciudadanía, para esto es clave saber aprovechar contexto informativo al que nos enfrentamos, para poder comunicar de mejor forma nuestro mensaje.


Finalmente, la necesidad de entregar un mensaje político bien elaborado en fondo y forma, se vuelve un imprescindible para los líderes de opinión y quienes dirigen en la política en general, tomando en cuenta los contextos informativos y sociales, así como también mejorando en los errores comunes que evidenciamos, entendiendo que el foco principal de la labor política es el bien común y mejorar la calidad de vida de las personas y por tanto que para alcanzar este propósito, debemos entender que la comunicación política es un desafío permanente.



Rosario Pérez Izquierdo

Magister en Comunicaciones

Periodista, Licenciada en Cs. de la Comunicación




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