Trapeador

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Javier Fuenzalida

Periódicamente, desde hace más o menos 20 años, tengo que volver al tema tributario, particularmente, el DL824 de 1974 sobre el impuesto de renta.

Todos los presidentes desde 1990 han propuestos una profunda reforma tributaria con efecto redistributivos y ninguna ha sido significativa en ese sentido, sino que, tan solo han borrado algunas normas e impuesto otras. Ninguno abordó la ineficiencia estatal.

De igual manera, ningún organismo público, SII, Ministerio de Hacienda, de Desarrollo Social han estudiado los efectos de nuestro impuesto de renta. Solo hay un antiguo, de1998, de los economistas Engels, Galetovic y Raddatz que determinaron el efecto redistributivo basado en informaciones de 1996 demostrando que el impuesto global complementario genera un importante efecto redistributivo positivo medida por el coeficiente Gini, a pesar del cúmulo de normas discriminatorias que permiten rebajar la renta tributaria de los contribuyentes de ingresos medios y altos.

El DL 824 ha sido modificado por 81 leyes, como un bolsillo de payaso. El presidente Boric no podía dejar de hacer otro tanto y el ministro de hacienda ha iniciado un “diálogo tributario”, hasta el momento un monólogo, por cuanto no se sabe que es lo que propondrá y que no sea como sus antecesores, reformas no pasaron de ser unas cuantas modificaciones tipo paracetamol que en nada innovan. Su proyecto, a lo más, sería la 82 “ésima” modificación a la ley de la renta.

Nuestra ley es mala, ya que la proporcionalidad en función de la renta se viola a través de sus cerca de 120 artículos.

En muchos países el sistema tributario es complejo y discriminatorio, producto de compromisos políticos, por razones ideológicas o por principios de ética redistributiva y que establecen una progresividad en las tasas de impuestos. Sin embargo, suelen ir acompañados de un sinnúmero de ventanitas para que el contribuyente pueda pagar lo menos posible sin violar la ley. Es lo que denomina elusión tributaria, hacerle el quite al pago de altos impuestos, utilizando las excepciones que la propia ley concede.

Algunos países, con más inteligencia, han obviado la elusión, estableciendo una ley simple, con una tasa única de impuestos, o con una escala progresiva, en función de la renta real o efectiva del contribuyente, sin agregar ningún tipo de exención, descuentos u otras artimañas legales para pagar menos. Un impuesto simple, Flat Tax, admite una sola exención, cuando la persona percibe un bajo nivel de renta, por ejemplo, el salario mínimo de $ 400.000 mensuales. Hay cerca de 30 países, como Rusia, Estonia, Lituania, Polonia, Hungría y Australia, mas 10 estados de USA que han optado por una estructura simple. Pero, en general, la legislación tributaria suele ser tan compleja que cubren varios metros cuadrados de tratado, leyes, normas, etc. Un paraíso dorado para contadores y abogados tributaristas.

Estamos muy lejos de gozar de una felicidad tributaria ¿Existe?

Es el caso de Finlandia. La tasa de impuesto de renta fluctúa entre 30 y 60 %. El gasto público alcanza al 55 % del PIB. Parece alto comparado con el nuestro que alcanza al 34 % del PIB.

El World Hapiness Report señala a Finlandia como el país más feliz del mundo, en términos de satisfacción general en la vida. El 80 % está contento con pagar sus impuestos porque el 98 % cree que con ello se mantiene el estado de bienestar con que gozan, un estado “eficiente”.

El programa de Boric prometía un aumento en la tributación sobre la renta equivalente al 8 % del PIB, presumiblemente simplificando la integración o disposiciones que permite a las grandes empresas (¿?) eliminar muchas disposiciones que reducirían la renta tributable, aumentando la carga tributaria de quienes perciban más de $ 4.500.000 mensuales. Los entendidos explican que la reforma, a los más, rendirá 1 a 2,5 % del PIB. Pero ese mayor rendimiento se escurrirá entre los dedos del estado porque el proyecto de la nueva constitución contempla 72 nuevos entes públicos con 394 nuevas oficinas fiscales.

El programa de Boric textualmente consideraba eliminar:

El régimen de renta presunta

Las exenciones a las ganancias de capital

Los beneficios del DFL 2 de viviendas

Exenciones a la enajenación de acciones

Exenciones a los retiros de libre disposición

Exención del impuesto de herencia respecto de seguro de vida

Deducción por pago de intereses sobre crédito hipotecario

Exención del crédito especial del IVSA para empresas constructoras Limitación a utilización de pérdidas tributarias de arrastre

Exención impuesto de primera categoría a fondos de inversión privados

e Imponer:

Impuesto a la riqueza (¿?)

Tributación sobre utilidades retenidas

Exenciones al impuesto territorial (CBR)

Restricción a uso de estructuras jurídicas que evitan tributación

Creación de impuestos verdes de protección al medio ambiente (emisión de CO2, combustibles, primera venta de automóviles y envases plásticos desechables)

Aumento del royalty a la minería del cobre

Nuevas normas en contra la elusión

Pero no consideró:

Eliminación de instituciones públicas irrelevantes

Disminución de la burocracia sustentada en el papeleo administrativo

Aumento de la productividad administrativa del estado

Como es tradicional, un estado elefantiásico y fagocitario.


Javier Fuenzalida A.

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