Cáncer de próstata: cómo la tecnología médica puede ayudar a salvar vidas

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Salud 2

El cáncer de próstata representa un problema de salud pública de primera magnitud en Chile. Es la principal causa de muerte por cáncer entre los hombres, provocando anualmente alrededor de 2.000 fallecimientos. Además, se estima que cada año 25 mil las personas padecen esta enfermedad en cualquiera de sus etapas.

El diagnóstico precoz es la clave para hacer frente a esta patología, por lo cual es necesario sensibilizar a la población masculina sobre la importancia del chequeo y tratamiento temprano. Este es el objetivo central del Día Mundial del Cáncer de Próstata, efeméride que se conmemora en pocos días más, el 11 de junio.

En el abordaje de esta compleja enfermedad, la tecnología médica juega un rol de gran importancia, señaló Gabriela Garnham, gerenta general de la Asociación de Dispositivos Médicos de Chile (ADIMECH). Con el fin de contar con un diagnóstico temprano, se recomienda que la población masculina de más de 40 años se realice controles preventivos regulares, dentro de los cuales se considera la Prueba del Antígeno Prostático Específico (PSA), examen de sangre, que ayuda a detectar cantidades anormales de PSA, una sustancia producida por la glándula prostática, lo que permite detectar los cánceres de próstata en las primeras etapas Si el examen indica una anomalía, se utilizan pruebas de imagen -como ultrasonido, MRI o biopsia de próstata- para determinar definitivamente si hay cáncer de próstata y el nivel de agresividad de las células cancerosas.

Posteriormente, para el tratamiento de esta patología existen distintas alternativas, en las cuales también se utilizan de manera frecuente los dispositivos médicos. “Lo importante -afirmó la ejecutiva- es que el equipo de salud y el paciente decidan conjuntamente la opción más adecuada para cada persona enferma”.

Una modalidad terapéutica, explicó Garnham, es el que se denomina vigilancia activa, indicada cuando es poco probable que un cáncer de próstata crezca rápidamente, frente a lo cual se supervisa atentamente la evolución de la enfermedad mediante pruebas regulares del antígeno prostático específico. En el caso de pacientes con una esperanza de vida de 10 años como máximo, en tanto, se suele recomendar la observación cautelosa, en la cual no se hacen pruebas y se tratan los síntomas cuando éstos se presentan.

Otra alternativa es la radioterapia, es decir, el uso de rayos X de alta energía para destruir el cáncer, existiendo dos variantes: por un lado, la radioterapia externa, donde se aplica radiación a las células cancerosas mediante una máquina exterior al cuerpo, y, por otro, .la radioterapia interna, conocida como braquirradioterapia, en la cual se introducen semillas o pastillas radioactivas en el tumor canceroso o cerca del mismo para destruir las células malignas.

La cirugía también es una opción común para tratar el cáncer de próstata, cuando se estima que no se ha propagado hacia el exterior de la glándula prostática. En esta operación, llamada prostatectomía, se extirpa la próstata y el tejido que la rodea. En los últimos años, cada vez es más habitual realizar este procedimiento quirúrgico por medio de laparoscopía, que es menos invasiva que una cirugía tradicional. Por medio de esta modalidad, el cirujano realiza una pequeña incisión en el cuerpo del paciente, a través de la cual introduce instrumentos quirúrgicos especiales para extraer la próstata, sosteniendo directamente los instrumentos o usando un panel de control para mover con precisión brazos robóticos que afirman los instrumentos.

Además de las terapias de uso habitual, actualmente se están estudiando nuevos tratamientos para el abordaje del cáncer de próstata y de otras patologías que afectan a esta glándula. Algunos ejemplos son la Crioterapia, en la cual se coloca una sonda especial dentro o cerca del tumor en la próstata para congelar y destruir las células cancerosas, y el Ultrasonido Enfocado de Alta Intensidad, por medio del cual se dirigen ondas de radio de alta frecuencia al tumor canceroso para matar a las células malignas.

Por otra parte, para enfrentar la Hiperplasia Prostática Benigna (HPB), que produce un crecimiento no cancerígeno del tamaño de esta glándula, se ha desarrollado una novedosa técnica que consiste en la inyección de vapor de agua para reducir el porte de la próstata, directamente en el tejido hiperplásico que provoca la obstrucción y los síntomas, teniendo como resultado una mejora en el flujo y la calidad miccional.

Hoy en día, la industria de la innovación tecnológica en medicina sigue trabajando para desarrollar nuevas soluciones que permitan combatir de manera más efectiva el cáncer de próstata. Estos esfuerzos deben ir necesariamente acompañados -recordó Gabriela Garnham- de una mayor conciencia social en torno a la importancia del diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno, factores que hacen la diferencia entre la vida y la muerte.

europapress