​La Convención Constitucional a la deriva

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Rene Nuu00f1ez


Pienso que ninguna persona razonable desea que la Convención Constitucional sea un fracaso. Empero, en estas semanas, los propios convencionales se han esmerado -y con éxito- en generar un daño al proceso mismo, causando miedo, incertidumbre y una creciente preocupación.

Las aspiraciones de muchos convencionales son prueba de lo difícil que será lograr los 2/3 de quorum y se avizora un complejo diálogo constitucional ante ideas irracionales e imprudentes.

Gabriel Boric pidió que ésta no sea una Constitución partisana, sino que la casa de todos, en sintonía con los anhelos de la ciudadanía. Habló de expandir los derechos sociales, pero con responsabilidad fiscal. Nadie desea terminar como los gobiernos de Argentina o Venezuela que, luego de décadas de discurso socialista, han sumido a sus pueblos en la total pobreza.

Estamos en un momento de inflexión, faltan 5 meses para terminar el plazo constitucional y este 15 de febrero será el primer plenario donde se revisarán las normas que vengan de las comisiones.

Se trata de un enorme desafío, de lograr acuerdos como cuerpo colegiado no experto. No son iluminados, sino que ciudadanos que fueron elegidos democráticamente para hacer la primera Constitución 100% democrática. Su trabajo podrá a prueba la fortaleza de la democracia chilena.

Lamentablemente, viendo cada iniciativa de las comisiones más los dichos de muchos convencionales que son razonables, uno puede anticipar que el producto que saldrá el 4 de julio 2022 puede que sea un fiasco y, esta vez, la derecha no será culpable porque es minoría. Puede surgir un texto amorfo, ininteligible, partes no coherentes.

Por lo mismo, se debe pensar en un plan B y una opción es una prórroga por varios meses más pero el nuevo Congreso puede que sea reticente a dar dicho plazo.

Tener un plan B es razonable, escribí el año pasado sobre este tema y lo vuelvo a plantear. Debe haber una alternativa de solución para evitar una crisis institucional.

Si sale un texto espantoso, un adefesio, algo tendremos que hacer y nuevamente se necesitará otro pacto político.

La histórica y exitosa misión del Apolo 11 pudo tener un final trágico y, para tal efecto, estaba preparado un discurso en el caso que los astronautas nunca regresaran de la luna.

El discurso que Nixon afortunadamente nunca se tuvo que emitir y mutatis mutandi, ojalá no haya que hablar y ejecutar un plan B en Chile con el proceso constitucional.

Uno debe respetar el proceso constituyente, pero la última palabra la tendrá la ciudadanía en un plebiscito de salida y no deja de sorprender el que varias figuras de izquierda ya anticipan un voto de rechazo. No es lógico exponerse a un bochorno histórico.


René Luis Núñez Ávila

Profesor de Derecho Procesal

Universidad de Chile

europapress