​¿Qué garantiza la Ley de Inclusión?

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Andrea Zondek


La Ley Nº 21.015 de Inclusión Laboral de nuestro país, tiene por finalidad promover una inclusión laboral eficaz de las personas con discapacidad, tanto en el ámbito público como en el privado y garantiza un porcentaje mínimo de puestos de trabajo para personas con discapacidad o asignatarias de pensión de invalidez. Las empresas u organizaciones que tengan 100 o más trabajadores, deberán contar con el 1% del total de la dotación de trabajadores de la empresa, deben ser personas con discapacidad. Pero la pregunta es, ¿Qué nos garantiza que dichos procesos de inclusión sean exitosos?

La CEPAL, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, indicó que las personas con discapacidad, “constituyen un grupo especialmente vulnerable, puesto que la desigualdad que los afecta, parte de su difícil acceso al mundo del trabajo, esfera definitoria de la persona en el sistema capitalista, que mediante un proceso de construcción política ha ligado la esencia humana al trabajo” (Stang, 2011).

Los obstáculos a los que se enfrentan las personas con discapacidad para acceder a un empleo son numerosos. Entre ellos está el problema para acceder a la educación, falta de accesibilidad de los transportes, de la información, del entorno y todos los prejuicios que existen acerca de la discapacidad. De los mil millones de personas con discapacidad en el mundo, al menos 785 millones están en edad de trabajar, y el desempleo sobre esta cifra alcanza hasta un 80% en algunos países, así lo informó la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el año 2015. Esto resulta lamentable, ya que el trabajo es un componente básico del bienestar de las personas, que se puede atribuir a las múltiples dificultades que deben enfrentar las personas con discapacidad para ingresar a un empleo decente, como las barreras actitudinales, físicas y de información antes señaladas, que dificultan el disfrute a la igualdad de oportunidades en el mundo laboral.

Las cifras en nuestro país no son muy alentadoras, según informó la Dirección de Trabajo en su Reporte de Inclusión Laboral del periodo 2018-2020, el 63% de los contratos de personas con discapacidad duró entre 30 días y 1 año. Por tanto, resulta imperativo no solo abrir las oportunidades laborales para las personas con discapacidad, sino que además debemos preocuparnos de trabajar la cultura dentro de las empresas en materia de inclusión y diversidad, y de esta forma tengan oportunidad, tanto la empresa como el trabajador, de experimentar procesos de inclusión exitosos y mantenidos en el tiempo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial (BM), se refieren a diversas barreras que presentan las personas con discapacidad en el mundo laboral tales como la discriminación, prejuicios, los cuales se generan por falta de conocimiento y trabajo de la cultura dentro de las organizaciones, es por esto que la estrategia para promover el empleo de las personas con discapacidad, como lo es la ley 21.015, exigiendo cuotas obligatorias de reserva de puestos de trabajo, funcionará de mejor manera, si se toman medidas adicionales durante o previo al proceso de inclusión. Para esto Fundación TACAL ha apoyado a más de 400 empresas, sensibilización de todos sus trabajadores, e implementado diferentes acciones, con las que logramos trabajar la cultura empresarial y obtener procesos inclusivos orgánicos, de calidad y de largo plazo.

La desventaja laboral que enfrenta una persona con discapacidad en comparación con otras personas es real, la Ley 21.015 llega hace 3 años para intentar equiparar esta brecha. En Fundación TACAL trabajamos capacitando a las personas con discapacidad ayudándolos a equiparar la brecha, generada por dificultades que hayan presentado en el acceso a las oportunidades educacionales y de formación profesional, pero es necesario también que las empresas trabajen por eliminar uno de los principales obstáculos en materia de inclusión laboral, y estos son los supuestos que se tienen respecto a sus condiciones de salud, los supuestos acerca de las competencias que tengan para desarrollar el cargo o los supuestos en relación a sus capacidades para relacionarse con la sociedad. Todo ello nace del desconocimiento que tenemos como sociedad en materia de discapacidad.


Andrea Zondek D.

Presidenta Fundación TACAL

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